El
Palacio de Altares se llamó Casa del Príncipe o de los Águilas.
Su estilo es plateresco. Posee un precioso patio y un calvario
realizado por Juan de Juni que se encuentra en la capilla.
Sobre
el solar de una antigua sinagoga, se construyo en el siglo XVI
el Hospital de la Pasión, que se utilizó para curar
a enfermos pobres. En la capilla destaca un crucifijo y las imágenes
de la Virgen y San Juan Evangelista.
A
Gil de Ontañón se le atribuye la Iglesia de San Juan Agustín.
Edificada en el siglo XVI. Estilo gótico. En su interior se admiran
los sepulcros.
Lo
que hoy es Correos, antes fue la Casa de los Vázquez. Es de
estilo gótico y pertenece al siglo XVI. Tiene una puerta muy
original y unas bellas rejas platerescas.
En
un ángulo de la Plaza Mayor, donde se celebran las corridas de los
carnavales y otros acontecimientos, está el Ayuntamiento,
perteneciente al siglo XVI, pero reconstruido en el XX. Sostenido
por columnas hay dos líneas de arcos.
Frente
a la Casa del Cañón Montado, tiene siempre un cañón montado, se
sitúa la Casa de los Cuernos. En su fachada observamos dos
medallones, en uno se representa el busto de un caballero y en el
otro el de una dama, están unidos a una calavera en la parte
superior.
En
el siglo XVI se construyeron la Casa de los Gómez de Silva y
la Casa de los Cueto. La primera sólo conserva la
fachada, la de los Cueto tiene un friso plateresco, cinco escudos y
dos ventanas en ángulo.
Juan
de Cabrera fue el que levanto las Murallas por orden de
Fernando II de León, que decidió después de reconstruir la Plaza
rodearla de una muralla. Tiene unos 2.250 metros. Sus muros
almenados están fabricados de guijarros y argamasa. Además hay un
segunda muralla con foso y contrafoso que rodea la ciudad y varias
puertas como la Puerta del Rey, de la Colada, de Don Pelayo, del Alcázar,
de la Santa Cruz...
El
mismo autor de las murallas, Juan Cabrera, restauró el Puente
Romano, fue construido en la época que Ciudad Rodrigo estaba
dominada por los romanos. Desde el río Águeda se puede contemplar
la mejor vista del río y del Castillo. Se conserva en muy buen
estado, lo que permite el tráfico por encima de él. Ha sufrido
restauraciones a lo largo del tiempo.
Al
entrar en la ciudad podemos ver en el lado derecho de la carretera
Burgos-Portugal las Ruinas de San Francisco procedentes de lo
que antes fue un Monasterio. Hoy es un almacén privado.
También
al comienzo de la ciudad, pero por la carretera a Salamanca, hay Tres
Columnas que forman parte del escudo de la ciudad. Forman un
conjunto triangular y se unen, en su parte superior, por enormes
piedras.
En
el arrabal de San Francisco, fuera del casco monumental, se sitúa
la Iglesia de San Andrés. Es el monumento más antiguo de la
ciudad. Lo que más destacable es su portada.
En
una vega, a unos 4 kilómetros de Ciudad Rodrigo por la carretera
que va al Pantano del Águeda, se sitúa el Monasterio de la
Caridad. Perteneció a la Orden de los Premostratenses. Data del
siglo XVI. Tiene dos partes, una corresponde a las dependencias de
los propietarios, destacando un claustro del siglo XVII, realizado
por don Juan de Sagarvinaga. Y la otra parte es la Iglesia de San
Blas, resalta una espadaña del siglo XVIII. Su interior se
encuentra en ruinas.
Además
de los citados monumentos, también podemos visitar: El Palacio Episcopal,
con un patio interesante; la Fachada del antiguo cuartel de
Artillería, es de estilo barroco y se construyo en el siglo
XVII; la Fachada de las Franciscanas Descalzas,
destaca el Sagrado Corazón de Jesús, estilo barroco; la Iglesia
de San Isidro o San Pedro, levantada en el siglo XII y
reedificada en el XVI: la Capilla de la Tercera Orden,
siglo XVIII, estilo neoclásico; la Antigua Audiencia,
antigua cárcel y audiencia; y por último la Plaza de Toros.
Ciudad
Rodrigo además de por sus bellos monumentos, también es conocido
por sus famosas fiestas. La más importante es el Carnaval del Toro,
coincide con las fiestas del carnaval. Se ha declarado de Interés
Turístico Nacional. Como su nombre indica, el festejo se centra en
el toro; hay capeas, encierros y corridas. La participación es
multitudinaria. Las calles están llenas de peñas que animan las
fiestas.
Pero
La Fiesta de la Charrada, cada año tiene mayor importancia. Se
celebra el Sábado de Gloria. En ella se puede contemplar el
folklore salmantino. |